Nosotros, los pueblos tsotsiles y tseltales de la región de los
Altos, compartimos un territorio con características físicas similares como el relieve, la hidrología, el clima, la altura, los tipos de suelo, la vegetación, la flora y
la fauna, lo que nos une en una relación simbólica y sagrada con la Madre Tierra,
la consideramos como una entidad divina que nos provee de vida y sustento, por
lo que mantenemos una relación de respeto y reciprocidad con ella. Nuestra
conexión con la naturaleza es esencial para mantener la armonía y el bienestar
de nuestra comunidad, por lo que realizamos prácticas y ceremonias en su honor
y velamos por la preservación del medio ambiente para las futuras generaciones.